Desde muy pequeña quise escribir. Fantaseaba con publicar un libro, que alguien lea lo que tenía para contar. Dejé de lado ese deseo por muchos años. Un día decidí empezar por algo chiquito. Un libro es un desafío enorme, que en este momento no veo posible, pero sí hay algo por lo que puedo comenzar: este blog. Igual, el desafío me resultaba grande. Como así también los miedos.
Estas 5 preguntas me ayudaron a comenzar y darle una estructura al proyecto:
La primera fue ¿por qué esto es importante para mí?, y la cosa es esta: quiero divulgar sobre psicología de manera clara, compartir información, experiencias y sobre todo muchas preguntas. Saber por qué algo es importante resulta fundamental. Si sólo se trata de una obligación, o de cosas que “hay que hacer” será difícil encontrar la motivación necesaria para emprender un camino desafiante.
¿Cuándo lo voy a hacer? ¿Tengo tiempo para escribir, releer, corregir? Poco, y además no tengo paciencia para hacer algo muy largo, por eso es importante que sea conciso y claro. Lo puedo hacer los lunes por la mañana, en un horario que dejo bloqueado para eso. Reservar un tiempo realista en el calendario aumenta las posibilidades de realizar la tarea.
¿Tengo los recursos necesarios? ¿Dónde lo voy a publicar? Tuve que buscar una página web en la cual pudiera subir un blog, ese fue un paso previo a resolver.
¿Necesito ayuda en este proyecto? Si, en cuestiones técnicas sobre la página web y que colegas amigas me ayuden en la corrección.
Cuando los objetivos son demasiado grandes y creemos que no los podemos alcanzar, es útil descomponerlos en pasos pequeños y menos desafiantes, y a medida que tomamos confianza vamos estableciendo nuevas metas de mayor dificultad. Buscar apoyo de personas que nos ayuden con los temas que nos son ajenos, y por qué no, otros puntos de vista sobre lo que queremos hacer.
¿Tengo la mentalidad adecuada? Me quedaba lo más difícil, luchar con las ideas del tipo “no lo puedo hacer”, “nadie lo va a leer”, “no sé escribir bien” y cosas por el estilo. Como la lucha se hizo muy larga y agotadora, bajé las armas y dejé esos pensamientos como una música de fondo mientras escribía, porque es posible tener pensamientos incómodos pero aún así hacer las cosas importante, aunque eso es tema para otro post.:)
Por último (y lo más importante) me dije a mi misma que no tiene por qué ser perfecto. No hay forma de hacerlo genial en la primera vez, porque es eso, la primera vez. Y quizás nunca sea perfecto, si será mejor a medida que practiquemos. De todas formas: no tiene por qué ser perfecto. Tratarme de manera compasiva me ayudó a comenzar.
Seguro éste no será éste mi mejor post, pero seguiré intentando. ¿Me acompañás en el desafío?
Si hay algo que quieras compartir conmigo ¡será un gusto leerte!
Hasta la próxima ¡un abrazo!
PD: Un título más vendedor hubiera sido “Superar la procrastinación con 5 preguntas” pero me cuesta mucho la palabra “procrastinación”
Si te cuesta leer, podés encontrar el artículo en este video